Oswaldo Guayasamín Calero - Nació
en Quito, el 6 de Julio de 1919 / 10 de marzo de 1999; fue el mayor de 10
hermanos, de una familia humilde. Su padre fue primero tractorista y luego
chofer de taxi, una madre que muere bastante joven y una vida de privaciones y
pobreza, dejan una profunda huella en un niño de tanta sensibilidad como que a
sus siete años ya imprime su vocación artística y pinta sus primera obras
desvelándose por encontrar un lenguaje propio, como que la madre le cedía leche
de sus senos -alimento de su hermano recién nacido- para disolver las pastillas
de acuarela.
Mientras
su padre lo forzaba para que fuese un chico normal, como sus hermanos, que
estudiaban para una profesión, él estudiaba el rostro -en serio y en broma- de
sus maestros que lo sacaban de clases por la ofensa de caricaturizarlos, uno de
ellos llegó a decirle «hazte zapatero... porque no sirves para nada». Excepto
para pintar.
Con
desilusión de la familia que pierde un doctor en algo, entra en 1932 a la
Escuela de Bellas Artes y allí también choca con los moldes y las tradiciones;
pronto es el primer alumno y al mismo tiempo el mejor maestro, y sus cuadros
impactan a todos cuantos los ven.
Su primer
encuentro con la crueldad de la vida, el azote de la violencia y la injusticia
de los asesinatos, que le llena de ira y rebeldía el corazón, se plasma en el
cuadro que titula "Los Niños Muertos" y que recoje la brutal escena
de un grupo de cadáveres amontonados en una calle de Quito, entre los que
consta un chico de su barrio, su mejor amigo, de apellido Manjarrés, asesinado
por una bala perdida.
Desde
entonces asume una posición frente a las crueldades e injusticias de una
sociedad que discrimina a los pobres, a los indios, a los negros, a los
débiles.
Su nombre
y ancestro indios, la pobreza de su infancia, el asesinato de su amigo, la
crisis agobiante del año 30, la Revolución Mexicana, la Guerra Civil española,
y todo lo que va sucediendo en el mundo le hacen ver y sentir una realidad que
se agudiza con el paso del tiempo y frente a la cuál asume una actitud ideológica
que se refleja en su concepción plástica y su actitud política.
Aunque
nunca se afilia a partido político alguno, siempre milita en las causas de solidaridad
con los pueblos oprimidos, en la lucha por la intregración latinoamericana,
contra las dictaduras, contra los abusos y agresiones de los países poderosos e
imperialistas; por la Paz.
En 1941
se gradúa de la Escuela de Bellas Artes y a 2 años de ello ganó el "Salón
Mariano Aguilera"; un primer importante premio de su vida. Luego
vendrán otros significativos, como el Gran Premio de la III Bienal de
Barcelona, España de 1955 / 1956, el Primer Premio de la Bienal de Sao Paulo en
1957.
Su primer
viaje al exterior en 1942 / 1943, es producto de una invitación del Area
Cultural de Departamento de Estado de Estados Unidos y visita la mayor parte de
museos de ese país. Realiza un viaje entre 1944 y 1945 desde México hasta la
Patagonia en el que hace apuntes y dibujos de la que será su primera serie de
103 cuadros, denominada "HUACAYÑAN", que en
quichua (una de las lenguas aborígenes de Ecuador), significa "Camino del
Llanto". A lo largo de su vida viaja a varios sitios en el mundo como
China, India, URSS, Egipto,
Grecia, y toda Europa, pero especialmente a Cuba, donde germina una gran
amistad con Fidel Castro al que pintó en varios retratos.
En 1976
con sus hijos crea la Fundación Guayasamín, y a través de ella dona al Ecuador
todo su patrimonio, con los que organiza tres museos: Arte precolombino con más
de 3000 piezas; Arte Colonial, más de 800 piezas y Arte Contemporáneo con más
de 250 obras. En este último se exhiben los cuadros de su más importante
colección pintada entre 1964 y 1984, "LA EDAD DE LA
IRA", su segunda gran serie que refleja las crueldades de
la Guerra Civíl española, las invaciones nazis de los campos de concentración,
de Hiroshima, Vietnam; los manejos de la CIA con las invasiones a Playa Girón,
República Dominicana, Panamá; y las torturas y genocidios por las dictaduras de
Chile, Argentina, Uruguay, etc.; y cuadros de su tercera gran serie denominada "MIENTRAS VIVA SIEMPRE TE RECUERDO" un
homenaje de ternura y amor a su madre, y a las madres del mundo.
Ha hecho
exposiciones monumentales -más de 100 obras- en los museos más importantes de
Francia, España, Italia, la ex-URSS, Polonia, Checoslovaquia, Bulgaria, México,
Cuba, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Argentina, etc. Pinta a grandes
personajes contemporáneos, escritores, artístas, políticos, estadistas. Entre
ellos se destacan Juan Ramón Jiménez, Neruda, Rulfo, Gabriela Mistral, Benjamín
Carrión, Gabriel García Márquez, Ernesto Cardenal, Danielle y Francoise Mitterrand,
el Rey Juan Carlos de España, la Princesa Carolina de Mónaco, y muchos más.
Los
críticos y coleccionistas, los personajes mundiales consideran que la fecunda y
personalísima obra de Guayasamín -cuya identidad es universalmente
inconfundible- trascenderá, porque en ella está reflejada, con ira, con
ternura, la imagen de «EL TIEMPO QUE ME HA TOCADO
VIVIR» como dice el propio Guayasamín en un libro editado por el
Instituto de Cooperación Iberoamericano de España.
A partir
de 1996 inicia en Quito su obra más importante, el espacio arquitectónico
denominado "LA CAPILLA DEL HOMBRE", como un
homenaje al ser humano, especialmente al pueblo latinoamericano con su
sufrimiento, lucha y logros, desde el mundo precolombino, la conquista, la
colonia y el mestizaje.
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